Preocupa el aumento de las protestas y respuestas policiales en Irán
La muerte de Mahsa Amini y la posterior muerte de 133 iraníes desencadenó una enorme serie de protestas que está causando una gran preocupación en el gobierno del país islámico, quien exclama que dichas protestas estás organizadas por el gobiernos de los Estados Unidos, con quien mantiene una tensa relación política-militar desde hace décadas.
El 14 de septiembre, Amini fue detenida por la policía religiosa iraní conocida como Patrulla de Orientación por llevar mal puesto su velo, vestimenta obligatoria de la religión del Islam para todas las mujeres, lo que culminó en la muerte de la misma.
Dicha muerte es protestada a día de hoy, y, aunque las protestas públicas son rápidamente reprimidas por la policía local, se han extendido a universidades y colegios secundarios, donde es muy común ver mujeres protestando sin velo puesto o, en su defecto, caminando en la calle sin la vestimenta islámica obligatoria.
Protestas en universidades y colegios de Irán
Un colegio de Sanandaj, en el Kurdistán iraní, vio como decenas de estudiantes gritaban “Mujer, vida, libertad” al unísono, mientras que agitaban sus velos en mano.
Algo similar sucedió en otro colegio iraní en Karaj, donde estudiantes repudiaron el pedido de un funcionario escolar de colocar correctamente su velo, arrojándoselo al mismo en la cara.
“No queremos la República Islámica” exclamaban estudiantes de otro colegio en Irán, en uno de los tantos de cientos en los que se han registrado manifestaciones en la semana.
En Teherán, la situación es mucho más calmada que en otros lados; jóvenes manifestantes iraníes repudian el fallecimiento de Amini mientras son acompañadas de cláxones de los autos que circulan de la zona en señal de apoyo. Según se señala, estos autos contenían todos la matrícula iraní, en contraposición a lo que se declaró por parte del alto gobierno islámico, diciendo que los manifestantes eran “americanos”.
Esto difiere de otras manifestaciones que se dieron en el país, donde las autoridades policiales arrestaron, violentaron y golpearon mujeres iraníes que marchaban, así como también a periodistas y figuras que mostraron su apoyo a la causa.