El mandatario español, Pedro Sánchez, declaró este lunes que no renunciará a su cargo
A pesar de las recientes acusaciones dirigidas hacia su esposa. Esta declaración llega después de una semana de incertidumbre sobre su continuidad al frente del ejecutivo.
Recientemente, Sánchez pausó sus actividades oficiales cuando se inició una investigación judicial sobre Begoña Gómez, su esposa, acusada de utilizar su influencia de manera indebida.
Desde que asumió el poder en 2018, Sánchez ha denunciado que estas acusaciones son parte de un asedio mediático por parte de sectores conservadores.
“Llevamos diez años enfrentando esta campaña de descredito”, afirmó Sánchez. “Y estamos preparados para seguir haciéndolo”, añadió.
La decisión de Sánchez de reflexionar sobre su futuro político tomó por sorpresa a muchos, incluso dentro de su propio partido, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
El caso contra Gómez se centra en la acusación de que usó su relación con el presidente para favorecer a ciertos empresarios en licitaciones públicas.
Además, se menciona que algunas de estas empresas beneficiadas participaron posteriormente en proyectos liderados por ella, incluyendo un programa académico y un proyecto de innovación en África.
Al revelarse la acusación, el presidente aseguró que su esposa se defendería ante la justicia de acusaciones que describió como “tan escandalosas como infundadas”.
El jueves pasado, la fiscalía de Madrid solicitó desestimar el caso por falta de evidencia concreta. Incluso el grupo Manos Limpias, conocido por sus múltiples denuncias de corrupción, admitió la posibilidad de errores en las acusaciones basadas en reportajes digitales, uno de los cuales ya se demostró incorrecto.
En su alocución de diez minutos el lunes, Sánchez expresó gratitud por el apoyo recibido, lo cual influyó en su decisión de permanecer en el cargo.
Además, aclaró que su pausa para la reflexión no fue una maniobra estratégica, sino una decisión tomada por convicción para replantear la dirección de la política española.
“Es momento de decidir qué tipo de sociedad queremos”, manifestó el presidente. “Nuestro país necesita esta pausa reflexiva, hemos permitido que la difamación manche nuestra vida pública por demasiado tiempo”.
Sánchez subrayó que su elección de continuar “marca un nuevo capítulo, eso les aseguro”.
De haber renunciado, Sánchez hubiera sido el primer presidente del gobierno español en abandonar su puesto a mitad de mandato desde Adolfo Suárez en 1981.